• Producción y edición
    Daniela Fontaine
    Maytik Avirama
  • Diseño sonoro
    Carlos Castañeda
  • Producción sonora y composición
    Carlos Castañeda
  • Composición musical
    Mercurio Bossio
  • Identidad visual
    Daniela Fontaine
  • Transcripción
    Jessica Zalapa

Este es el  cuarto episodio de la temporada 2: Resonanacias de sanación y resistencia.

Recomendamos escucharlo con audífonos para poder sumergirse en la experiencia sonora.

En este episodio, Pabla, nos comparte sus aprendizajes sobre la investigación territorializada,  la importancia de tejer redes comunitarias de aprendizaje y sus reflexiones en torno al cuidado en el activismo contra proyectos extractivos como la megaminería. 

TRANSCRIPCIÓN

Pabla: creo que ese vacío total que tenemos, ese desarraigo, esa falta de conexión, por estar todo en el intelecto, que tenemos las personas que estamos fuera. Es lo que tenemos que aprender y buscar, no apropiarnos de las prácticas de otras personas. Buscar con qué conecto, buscar conectarnos con la tierra, con los elementos, con esto que es lo que habitamos. Creo que por ahí un poco va el tema de encontrar sentido como al autocuidado como base, como base y de ahí, tratar de ver cómo uno lo comparte en su entorno.

Radio Savia, vivencias de cuidado y sanación del cuerpo territorio.

Un espacio de escucha para resonar el buen vivir.

En esta temporada 2 estaremos escuchando relatos y prácticas desde las voces de mujeres defensoras territoriales sanadoras comunitarias y guardianas de conocimientos ancestrales.

Testimonios de resistencia, cuidado colectivo y esperanza que lideran aconsejan e inspiran un tejido social abundante y diverso.

Yo soy Maytik Avirama, yo soy Daniela Fontaine y juntas les estaremos guiando en esta travesía. 

Maytik:  La reproducción sexual de las plantas sucede a través de la dispersión de las semillas que se encuentran en el fruto, su órgano sexual. Las plantas han desarrollado múltiples estrategias de dispersión: volando con la ayuda del viento, navegado  en el agua de un río, pegadas al pelo de algún animal o al interior de sus estomago, o también por explosión con ayuda del calor o el fuego. Es la dispersión un viaje perseverante y necesario en busca del lugar propicio para echar raíz.

Daniela: Esta temporada  también estaremos hablando con mujeres aprendices, guardianas de conocimientos y saberes.  En este episodio hablamos con Pabla San Martín, escritora, investigadora social, partera en la tradición, activista feminista por los derechos sexuales y reproductivos y miembro fundadora del proyecto editorial Ginecosofia.

En este episodio, Pabla, nos comparte sus aprendizajes sobre la investigación territorializada,  la importancia de tejer redes comunitarias de aprendizaje y sus reflexiones en torno al cuidado en el activismo contra proyectos extractivos como la megaminería. 

Pabla: Mi nombre es Pabla San Martín. Vivo en el Valle del Aconcagua, esto queda a los pies del Monte del Aconcagua en la cordillera de los Andes, en Chile, en algo que se llama Chile pero en realidad los países son una ficción, entonces vivo en el Valle del Aconcagua, en un pequeño pueblito llamado también Putraintú, que ha sido castellanizado a Putaendo, ya que los españoles no sabían nombrarlo, entonces «manantiales que crecen de rocas», que es el nombre original Putraintú, quedó como Putaendo, castellanizado. 

Vivo en el campo, me he movido siempre en valles, donde yo nací era el Valle del Marga Marga y ahora estoy acá. Tengo un hijo de casi 11 años. 

A mi me sucedía que yo estaba estudiando sociología y haciendo investigación y siempre mis proyectos de semestre tenían que ver con las mujeres, y creo que el tercer año fui a Bolivia, me fui a los 19 años a Bolivia y yo ya estaba metida en el feminismo, desde el feminismo anarquista que tiene que ver principalmente con los movimientos obreros, y de pronto llego a Bolivia, y claro, una incorpora estos conocimientos también muy desde Europa, Emma Goldman, Rosa Luxemburgo, como referentes feministas obreros pero igual con otro contexto, con otras historias. De pronto llego a Bolivia, a los 19 años y estaba estudiando esta carrera y había un movimiento feminista, no no feminista la verdad, movimientos de mujeres, impactante, impresionante de mujeres indígenas, porque ellas no se denominaban feministas pero era un movimiento obrero de mujeres impresionante, y anarcosindicalista, que tenía muchos años de antigüedad, eran principalmente las obreras culinarias, cocineras de los mercados. 

Ahí yo, en Bolivia me di cuenta de que tenía mucho material que hoy denominamos feminista pero de referentes que estaban luchando ahi. Fue mi primer acercamiento, por ejemplo, ahí en ese momento a que las mujeres se reunían y conversaban sobre la menstruación, se reunían a coser sus toallas higiénicas y para mi en ese momento fue muy impresionante, imagínate fue hace muchos años. Y es interesante cómo a mi se me dio vuelta un poco la tortilla desde estar en la academia, repensando a estas feministas europeas y ver en mi entorno que  habían muchas prácticas feministas, que no se denominaban feministas. Osea estaba rodeada de referentes de mujeres luchadoras y lo había estado durante toda mi vida también, con mi madre, mi abuela, con mis vecinas, entonces, con respecto a las narrativas del territorio.  

Estoy yendo a estudiar a Europa, estoy yendo a estudiar a estas académicas que incluso me costaba muchísimo aprender, y resulta que me faltaba mirar más a mis hermanas.Entonces para mujeres aquí, en este valle por ejemplo, la lucha, hoy es contra la megaminería, la lucha es contra poder tener agua, poder conservar nuestras semillas. 

Maytik: El ser humano que se mueve en barco, trenes y aviones es quizás el más eficiente de los animales dispersores. Recorre largas distancias y conecta ecosistemas insospechados. Es así que las semillas han viajado a latitudes desconocidas, algunas muriendo, otras adaptándose con humilde resiliencia y otras encontrando una tierra abrumadoramente fértil, donde se pueden reproducir sin amenazas conocidas, invadiendo, ocupando y transformando así,  la tierra ajena. 

Pabla: Se va a poner una minera canadiense en la cordillera donde vivimos nosotras y que está rodeado de glaciares y aquí lo que ha venido a corromper estos espacios de lucha ha sido el dinero porque la minera ha ofrecido dinero a las comunidades y mi autocuidado ha sido recluirme porque no quiero estar involucrada en nada. Es que es tremendo porque uno lucha contra proyectos que te pueden hasta matar, ¿no?

Daniela: Una plaga es un grupo de organismos animales o vegetales que ataca y destruye los cultivos y las plantas, puede ser una amenaza para la supervivencia de una determinada población vegetal. Una manera para evitar la propagación es el aislamiento de la planta afectada. Distanciar, aislar, separar a veces es la única opción para la protección colectiva.

Pabla: Entonces es delicado el tema del autocuidado porque hasta qué punto una se expone a luchar por algo y de pronto siempre va a haber algo ahí más poderoso metiendo la manito y con estas lógicas violentas y que corrompen todo. Es súper complejo y muchas veces las personas para luchar tienen que entrar en estas lógicas del poder y presentarse en ciertos puestos de poder para alcanzar algo y finalmente llegamos a esas conclusiones, «bueno hay que presentar a un representante mujer y bajo estas lógicas de poder y va a cambiar algo». Yo no confío en eso. Es lo que dice Audre Lorde «las herramientas del amo no desmontan la casa del amo». Para mi es simple.

Entonces es importante en el fondo con respecto a la narrativa, a los cuerpos territorio y a qué uno quiere defender, en el fondo que es mirar qué es lo que tiene alrededor. Porque siento que el mundo hoy está lleno de teorizaciones y de ideas y de una búsqueda muy globalizada del feminismo o de ciertas luchas y, como «esto es lo que se debe hacer» «esto es lo que tenemos que alcanzar» y bueno, ni siquiera estamos conversando con nuestra vecina, ni siquiera estamos compartiendo, mirando nuestro entorno, cuáles son las necesidades de acá. 

¿Qué me puede entregar mi memoria? ¿Qué me pueden entregar mis prácticas? ¿Las prácticas de mi abuela? Que fueron revolucionarias, que me hicieron mantener una autonomía en mi salud, que me hicieron no se, mejorarme sin tener que depender de un médico, que me hicieron poder cuidar la salud de mis hijes, de mis plantas, de mi comunidad y que hoy se valoran, se apropian con otros términos pero que están ahí en las prácticas comunitarias. 

«Bueno no tienes que ir tan lejos, está acá el conocimiento, sólo hay que aprender a escuchar». 

Maytik: Viento, agua y fuego ayudan en los procesos de dispersión de la semilla, que con algo de fortuna llega finalmente a un pedazo de tierra. Es en la fertilidad de esta tierra, en la diversidad de sus microorganismos y nutrientes, que radica su posibilidad de germinar, enraizarse y eventualmente crecer. 

Pabla: Como que todos los movimiento sociales funcionan distinto y en mi experiencia por ejemplo, de organizaciones desde más joven hasta ahora, siempre los movimientos sociales fueron, o tuvieron una lógica súper masculina, como de lucha, de organización y del diálogo y de la discusión y de las acciones. Siempre muy desde la acción directa, entonces, de poner el cuerpo, que es lo que sucede hoy como resistencia, es lo que le dicen la primera línea. 

Yo encuentro resistenciastodo el tiempo en la ciudad o cuando me toca compartir con organizaciones feministas más de la ciudad. La primera resistencia que me encuentro es que hay mucho prejuicio con respecto al acercamiento del cuerpo. Te vetan con el concepto de escencialista, cuando una quiere acercarse al cuerpo, o hablar del parto, hablar de los abortos, pero no sólo como del aborto fuera de contexto sino que, por ejemplo a mi me gusta poner en la mesa el tema de los cuidados posteriores a un aborto, y muchas veces a ciertas organizaciones eso les molesta porque creen que es como alarmar a las mujeres o asustarlas y sin embargo yo quiero hacer todo lo contrario, yo quiero informarlas y prepararlas para todo y por qué no hablar de lo que sucede después. Porque es un tabú, porque simplemente tratamos de dar soluciones súper prácticas a ciertas cosas que me parece excelente, me parece excelente el tema del aborto, que se apruebe, que sea ley y que pueda ser con pastillas que es mucho más práctico. En mi experiencia con el uso de plantasme parece que hoy es mucho más efectivo y estudiado, cuidado, perfecto. Pero hablemos de los cuidados. Que pasa que si yo hablo de los cuidados, bueno, «escencialista», «que no hay que hablar de… no hay que asustar a las mujeres» bueno yo quiero cuidarlas, sé lo que pasa, he abortado varias veces, sé lo que sucede y he cuidado a muchas mujeres posterior a un aborto y no todas lo viven igual. La salud sexual y/o reproductiva de las mujeres y de las disidencias es bastante amplia. Lo que necesitan las mujeres de este territorio no es lo mismo que necesitan otras mujeres, en la ciudad por ejemplo. Y yo me encuentro en ese conflicto, porque… o las mujeres en la academia, o las mujeres con otros puestos de trabajo, otras áreas, no necesitan lo mismo que mi vecina, o que las mujeres migrantes. 

Si bien hay hartas cosas que se cruzan, luchas, necesidades, cosas que a una la atraviesan, que son comunes. Creo que cada territorio tiene su propia necesidad, cada historia también y creo que eso es algo que hay que cuidar y valorar. Porque creo que la tecnología hoy nos hace pensar o creer o proyectar de que somos todos iguales, que todos, todas somos iguales ¡No! osea tu tienes que hacer lo que tú sientes que tienes que hacer. ¿Qué alimentos hay en dónde tú vives? bueno, aliméntate de eso, ¿qué actividades tienes para hacer? bueno, busca si hay un cerro para subir y no tienes que hacer todo igual. 

Un poco valorar lo que tengo yo, lo que tiene mi comunidad y dejar de alcanzar, de buscar lo que está afuera, lo que está lejos porque el capitalismo es eso, es como»tú necesitas esto, tú necesitas esto otro, tienes que comprar esto, tienes que comprar esto otro».

Creo que perdemos un poco el foco de generar una narrativa propia, generar un conocimiento propio, porque todo está barnizado por un discurso políticamente correcto de qué es el feminismo, qué es lo decolonial o lo descolonial o lo …¡Basta! Por favor creemos desde nuestra experiencia, creemos desde nuestras necesidades, desde nuestra villa, desde nuestra población: ¿qué es lo necesitamos? y dejemos de proyectarnos o buscar una, o tratar de un poco acomodarnos a la narrativa como globalizante o a la tendencia del momento. 

Daniela: Las tres hermanas: maíz, frijol y calabaza se han acompañado en su germinar durante siglos. El maíz crece erguido y le permite al frijol trepar por su tallo, mientras llena de nitrógeno la tierra y la calabaza se extiende por el suelo cortando el paso a cualquier competencia para el maíz. Es desde la alianza, que las 3 hermanas, semillas guerreras, han alimentado ancestralmente a los pueblos mesoamericanos.

Pabla: Y por otro lado, ocurre la otra parte, ocurre la parte en la que hay mucha gente que quiere volverse al campo, por ejemplo, gente que nunca ha vivido en el campo, y querer transformar la vida de un modo un poco caricaturesco, de qué es la vida en el campo, y bueno, y ahí ocurren un montón de apropiaciones culturales terribles, y de las cuales yo he tenido que replantear mucho mucho mucho el trabajo de Ginecosofía en los últimos años porque ha sido material para que otras personas como que se acerquen a la salud de un modo bastante capitalista, bastante capitalista que es el capitalismo verde y todo este movimiento que hay hoy día con respecto bueno, a la ecología de la menstruación, al parto natural, bastante terrible. Que finalmente nace un poco para acercar los conocimientos, para apropiarnos, para autogestionar nuestra salud y de pronto hay todo un movimiento verde que es el mismo tema de las semillas, o de los alimentos orgánicos que en el fondo pone a las personas como contra la espada y la pared de decir «bueno, todo es muy caro, no puedo volver a lo «natural» porque es muy caro.» 

Aquí no es como venir a montar un paralelo a la medicina pero ecológica, y decir :»bueno, este es mi producto cómprenmelo, cómprenmelo» sino que todo el tiempo es una invitación a la búsqueda personal y al hacerse cargo que es lo que más le cuesta a las personas en el mundo capitalista que es: «por favor, véndeme esto para no hacerme cargo yo de mi propia vida, de mis necesidades, de los cuidados». 

Entonces, para nosotras fue urgente hacer un libro, sobre las necesidades y las narrativas y las historias de los cuerpos, de la salud de nuestras vecinas que era el Valle del Marga Marga en ese momento y luego surgen otros libros, un poco escuchando también las necesidades de nuestro entorno, ir profundizando también en temas de salud que nosotras desconocíamos. 

Daniela: Y así, hace apróximadamente 10 años,  nace Ginecosofia, un proyecto autogestionado de investigación, creación y difusión de publicaciones y grafica con un enfoque feminista y del cual Pabla, es miembro fundadora. 

Pabla: Bueno el proyecto en sí surge a partir de una publicación de un fanzine. El año 2009 publiqué yo un fanzine que se llamaba Manual introductorio a la ginecología natural y ese fanzine, que posteriormente se ha convertido en un libro ha sido la columna vertebral del proyecto Ginecosofía porque este fanzine que nace como un panfleto, como un manifiesto en contra de la violencia obstétrica, gineco-obstétrica, empieza a incorporar muchas otras temáticas necesarias a abordar en ese momento, y a partir de este fanzine se empieza a generar un proyecto, como bueno, «hay que investigar más, hay que estudiar más, hay que aprender más sobre las plantas», no es sólo un tema de quedarse en la denuncia sino más bien «busquemos las herramientas, apropiémonos de las herramientas y difundámoslas». 

Luego se abren otros proyectos como libros en donde investigamos en territorios específicos como el del cuerpo a las raíces. Que ahí, yo vivía en ese valle, en el Valle del Aconcagua y trabajamos 10 meses con las mujeres de ese valle. Todos los días, en el fondo yendo a tomar un mate con la vecina, a conversar, a compartir con ella en su huerta, a estar con sus gallinas, en el fondo eran conversaciones frecuentes con vecinas les contábamos que estábamos haciendo un libro, fue muy bonito ese proceso, ese proceso de 10 meses de estar investigando y ahí nació un libro que es este libro que fue muy necesario.

Entonces siento que el proyecto en sí es como una anécdota porque… y un poco del mundo contracultural renegando de muchas cosas, de Dios, del Estado, de los hombres de todo, de pronto el proyecto me lleva a lugares mucho más profundos, a reconocerme en mis orígenes, en profundizar desde dónde vengo, en vez de renegar todo, que está bien, cuestionar todo pero es como abrazar desde donde uno viene. 

Daniela: Así como la tierra, nuestros cuerpos necesitan movimiento, intercambios, nutrientes, descansos. Agradecemos los ciclos de la tierra y honramos a las defensoras y activistas que se escuchan y practican el cuidado propio y colectivo desde la acción y la pausa. 

Maytik: Siguen siendo tiempos convulsos para los pueblos indígenas al sur del continente. Destierro, presión y agresiones sin pausa. Honramos y acuerpamos la lucha del pueblo mapuche que resiste, cuida y protege día tras día el  Wallmapu.

Pabla: Creo que algo muy importante que yo he visto en los movimientos indígenas que han sido saqueados y violados durante años que están resistiendo, por ejemplo, acá en el sur las comunidades mapuches son militarizadas, violentadas todo el tiempo aunque son comunidades súper cerradas, súper cerradas y eso me parece que está súper bien. Su mantenimiento de pie, su fortaleza está en su trabajo espiritual, es eso, es eso, todas las mañanas se levantan a hacer su rezo, su Yeyipun. Todo lo ritualizan todo el tiempo, están conectados con la tierra, con el agua, con el río, no están defendiendo territorios de los que no sean parte, están habitados, están atravesados por este entorno y ese entorno los protege, los mantiene vivos, los mantiene con fuerza y creo que justamente eso es lo que nos falta en estas batallas políticas de que nos quemamos la cabeza y de ideas y de estar todo el día en el computador y en el celular viendo cómo asesinan gente. Yo veo que las comunidades siguen al pie firme porque tienen un trabajo espiritual,porque no es una cosa que les llegó, lo tienen, lo tienen en sus raíces, lo tienen en sus prácticas y aunque también son comunidades que están atravesadas por prácticas súper patriarcales, todas lo están, pero sí, lo que el máximo aprendizaje que yo he reconocido es que se mantienen firmes por su trabajo espiritual, y creo que ese vacío total que tenemos, ese desarraigo, esa falta de conexión que tenemos por estar todo en el intelecto, que tenemos las personas que estamos fuera, muchas veces, es lo que tenemos que aprender y buscar, no apropiarnos de las prácticas de otras personas. Buscar con qué conecto, buscar conectarnos con la tierra, con los elementos, con esto que es lo que habitamos.

Daniela: Gracias a Pabla San Martín por su compartir generoso y su palabra de consejo desde el valle del aconcagua en lo que hoy es conocido como chile. Para saber más del proyecto y las publicaciones de ginecosofia natural pueden ir a www.ginecosofia.com o seguirles en redes sociales. 

Este episodio fue producido y editado por Maytik Avirama y por mi, Daniela Fontaine. La edición y diseño sonoro son de Carlos Castañeda. La música fue producida por Mercurio Bossio y Carlos Castañeda. Las transcripciones son de Jessica Zalapa. Los otros miembros del equipo de Radio Savia son Marcela Lizcano, Tatiana Vila y Monica Lozano.  Para información extra del episodio nos pueden seguir en nuestras redes sociales, estamos como Radio_Savia en instagram, twitter, y facebook y como Radio Savia en Youtube. También nos pueden encontrar en www.radiosavia.com 

Felices siembras y hasta muy pronto.


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